La sociedad dominicana avanza hacia a la madurez política con lentitud, pero avanza. Cada vez más estimulada por los cambios mundiales, el nacimiento de una nueva sociedad que muestra señales alentadoras augurando un progreso significativo hacia la madurez política de los ciudadanos.
Esa madurez representa un gran reto para el liderazgo político, que no refleja en su accionar estar a la altura de las nuevas expectativas de esa nueva sociedad.
Al recibir los embates de las demandas sociales por la transparencia, el liderazgo político responde con juegos infantiles, cuentos e historias, evasivas, teatros de títeres y manejos oscuros, de espaldas al pueblo.
La sociedad dominicana y sus líderes políticos, parecen de esas parejas con mucha diferencia de edad, donde se generan conflictos por los intereses distintos, por la agendas o por los métodos de hacer las cosas.
La creciente ola de conciencia ciudadana que demanda la transparencia, no era posible se produjera antes de 1990 pero el mundo ha cambiado bruscamente desde entonces, como plantean los Fundamentos de Liderazgo Responsable y ese cambio transformó los gobernados, pero no acaba de impactar lo suficiente a los gobernantes.
Manifestaciones como el #22E podían prevenirse fácilmente con un mínimo de conciencia sobre los cambios sociales que genera el llamado ciclo de paz mundial que plantean los fundamentos de #liderazgoresponsable. Aunque estas hipótesis no pretenden ser un oráculo para predecir el futuro, sus planteamientos explican estos procesos y pueden ofrecer un clara perspectiva del comportamiento de esa nueva sociedad que plantea.
La realidad de un liderazgo político ignorante del cambio estructural de esa sociedad en términos de nuevos paradigmas de interacción junto al impacto y alcance de esta transformación, ha generado nuevos esquemas de organización.
Una sociedad empoderada con acceso a la tecnología y a medios de expresión ciudadana en un clima de libertad de expresión, en un clima de paz, democracia y estado de derechos.
"Este nuevo perfil ciudadano votante/consumidor el que reclama de sus líderes políticos, religiosos y económicos, un comportamiento responsable por encima del cargo, del rango, la sotana, el apellido o el titulo nobiliario, porque sabe que tiene en sus manos el poder de cambiar, en cualquier momento, de representante o de proveedor." #Liderazgoresponsable.
Mas que temer, el liderazgo político dominicano necesita ponerse al día, ubicarse, enterarse, despertar y madurar, ante el hecho consumado de esa nueva sociedad.
La presión por sobrevivir y por mantenerse en una posición de poder, debe ser el catalizador para desaprender y reaprender a dirigir esa nueva sociedad. Desde una posición privilegiada que ella le otorga con generosidad y desprendimiento ofrecer la transparencia antes que le sea demandada.
La presión por sobrevivir y por mantenerse en una posición de poder, debe ser el catalizador para desaprender y reaprender a dirigir esa nueva sociedad. Desde una posición privilegiada que ella le otorga con generosidad y desprendimiento ofrecer la transparencia antes que le sea demandada.
Quienes dirigen políticamente nuestra nación, en lugar de responder haciendo equilibrio o haciendo comparaciones inútiles para distraer del foco del problema, en vez de desafiar toda lógica, imponer una conducta errática y justificar lo injustificable, es hora de responder con la misma madurez que hoy lo hace la sociedad dominicana.
Generar cambios reales a nivel institucional, dar señales claras de que se esta poniendo el oído en el corazón del pueblo. Asumir de una vez propuestas revolucionarias como #gobiernoelectrónico o #revisióndepatrimonio para satisfacer las expectativas de esa nueva sociedad en aspectos como la demanda de transparencia del gasto público y para enfrentar con eficiencia la corrupción.
Cualquier cambio implica un trauma cuando es generado por una crisis que lo motiva y lo impulsa, es necesario entender las nuevas relaciones impuestas por la expansión del conocimiento y la distribución de la tecnología. Se han transformado las agendas para los tres liderazgos primarios en función de nuevas prioridades.
Nuestra sociedad madura, da señales de avance al reclamar y demandar a sus líderes un liderazgo responsable, debemos aprovechar esta oportunidad para fortalecer esa voz ciudadana, para que continúe el reclamo hasta lograr los niveles de desarrollo institucional necesarios para garantizar el convertirnos en una sociedad del siglo 21.
Los países que ofrecen mayor transparencia en la administración pública, son los de mayor desarrollo y crecimiento económico.
Debemos actualizar la agenda para reorientar la inversión en investigación y desarrollo, en aplicaciones que puedan garantizar procesos genéricos despersonalizados que permitan una correcta fiscalización basados en tecnología.
Una nueva sociedad, requiere de un nuevo liderazgo político que se actualice y busque sintonizar con las grandes mayorías en todas sus demandas. La discusión se enrarece cuando se politiza o se enfocan las soluciones en descalificar personas cuando deberíamos analizar procesos.
La madurez es necesaria para que la sociedad asuma un rol critico racional y sobre la base de propuestas para mejorar procesos al margen de los actores. La madurez es necesaria en el liderazgo político para identificar las demandas sin verlas como un ataque a su permanencia en el lugar de poder que se le ha delegado.
Mencía Ortíz
Debemos actualizar la agenda para reorientar la inversión en investigación y desarrollo, en aplicaciones que puedan garantizar procesos genéricos despersonalizados que permitan una correcta fiscalización basados en tecnología.
Una nueva sociedad, requiere de un nuevo liderazgo político que se actualice y busque sintonizar con las grandes mayorías en todas sus demandas. La discusión se enrarece cuando se politiza o se enfocan las soluciones en descalificar personas cuando deberíamos analizar procesos.
La madurez es necesaria para que la sociedad asuma un rol critico racional y sobre la base de propuestas para mejorar procesos al margen de los actores. La madurez es necesaria en el liderazgo político para identificar las demandas sin verlas como un ataque a su permanencia en el lugar de poder que se le ha delegado.
Mencía Ortíz
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